Quien avisa no es traidor: no es ésta una investigación en profundidad y extensión (cuando menos, no como gusto concebirlas), sino simplemente un conjunto de observaciones y apuntes tomados sobre el terreno y la marcha, pero siempre algo es mejor que nada.
Había conocido La Aurora en el año 1990. Época de efervescencia “platillista”, de hippies trasnochados invadiendo el predio, buses repletos de personas con problemas de salud fletados desde distintas ciudades de Argentina, de “mantrams” resonando en las noches. Si bien el disparador original ocurriò bastantes años antes, el 4 de febrero de 1976, cuando en ese establecimiento agropecuario propiedad de la familia Tonna, ubicado en lindes del departamento Paysandú con Salto, en la República del Uruguay, una extraña luz descendiò del cielo alrededor de las 22 horas, con movimientos pendulares, siendo observado por los propietarios y algunos peones.
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